Hace 25 años, el gallego Abel Veiga acababa en Comillas ICADE sus estudios de Derecho. Cinco lustros más tarde, se ha convertido en decano de la Facultad de Derecho, la máxima autoridad de todo lo que tenga que ver con el estudio y la investigación sobre leyes en la universidad. Para llevar a cabo una misión tan importante –que lleva ejerciendo desde el 5 de febrero de 2021–, se ha querido rodear de un equipo de profesores de amplia experiencia en equipos de gobierno, y de otros que, sin experiencia de gestión, poseen una trayectoria de éxito en el campo de la docencia. “He querido contar con personas que no han estado en otros equipos y que aportarán esa savia nueva, y que pueden contribuir mucho; todos con capacidad crítica, de análisis, de construir, de escuchar y de dialogar”. “Llevar a cotas más altas la facultad y la universidad, pensando en la mejor formación del alumno” Esa gestión de la que habla Veiga la tiene muy enraizada. No solo sigue siendo codirector de una cátedra, con lo que eso conlleva de responsabilidad organizativa, sino que se reincorporó hace cuatro años al equipo de profesores de la universidad, donde imparte docencia desde 1999, tras haber ejercido durante tres años de director de Internacionalización en el IGAPE, perteneciente a la Consellería de Economía, Empresa e Innovación de la Xunta de Galicia. Haber dirigido la internacionalización y atracción de inversiones extranjeras le ha proporcionado “una visión global y transversal en la gestión y organización de los poderes públicos y de las empresas privadas, generando equipos de trabajo y liderando esa gestión con un pie en lo privado al ayudarles a internacionalizarse y a adquirir músculo y ser factor tractor”. Con su experiencia en gestión, Veiga pretende “llevar a cotas más altas la facultad y la universidad, pensando en la mejor formación del alumno”. El nuevo decano otorga una especial relevancia a los alumnos, de quienes alaba su formación, y su capacidad intelectual y de trabajo, y de los que destaca que tienen las notas medias más altas de todo el sistema universitario español. Estudiantes y tecnología “Jugamos con algo precioso y muy valioso, que es la formación de las próximas generaciones, que en unos años estarán en los grandes despachos, en la banca, al servicio de la sociedad... y van a tener que leer los grandes desafíos de esta sociedad cada vez más tecnologizada”, sostiene Veiga. Además, insiste en la responsabilidad de “ahormar el pensamiento crítico, jurídico y con valores”, porque añade que “tenemos unos retos y oportunidades extraordinarios para formarles y para abrirles horizontes en lo que ellos decidan y quieran ser. Nuestro reto es formarles y acompañarles, completando esa formación con másteres punteros y útiles que acaben de educarles de manera integral”. Otro de los retos es el tecnológico. “Hay que dar respuestas legales a los retos tecnológicos: este es uno de los campos en los que la utilidad del derecho es esencial y debemos traducirlo a planes de estudio y a programas avanzados donde podamos ser útiles, anticipándonos a lo que puedan hacer otras universidades, con el rigor y capacidad que nos ha caracterizado durante décadas”, subraya el decano. Esa anticipación de la que habla Veiga es básica, y para ello se sirven de una completa red de cátedras y grupos de investigación coordinados por el Centro de Innovación del Derecho (CID-ICADE), centrado en cultura jurídica e investigación. “Tenemos que ser útiles investigando, dando soluciones, y eso es una tarea fundamental; por eso habrá un vicedecanato de investigación para dar a conocer los resultados de la investigación, que tienen una alta consideración en los rankings internacionales, ya que son responsables del 80% de nuestra presencia en ellos. El objetivo del nuevo equipo liderado por Veiga es potenciar una formación jurídica rigurosa y sólida, considerando que el estudiante debe ser el centro de todo. Así, de sus aulas saldrá el más completo abogado del futuro, capaz de adaptarse a la realidad cambiante y a las exigencias de la profesión. “El abogado del futuro será polivalente, tendrá que saber de todo, exigirá formación en nuevos desafíos, no solo tecnológicos, también humanitarios, migratorios...”. Veiga reconoce que los alumnos deben ser conscientes de que todo ha cambiado y que los ámbitos de trabajo han mutado. “Somos conscientes de que la formación y lo que se exige fuera está cambiando, y tenemos que ser ágiles en dar respuestas y ser flexibles”, subraya Veiga. El quinteto ideal El quinteto ideal Abel Veiga no está solo ni quiere estarlo. Considera fundamental el trabajo en equipo y el diálogo. “Mi mano se notará poco; esta es una labor de hacer en conjunto, entre todos. Quiero que haya un liderazgo para marcar una ruta, consensuada y bien explicada a mis compañeros, porque yo no podré hacer nada sin ellos”. José Luis Rey. “Fortaleceremos las relaciones con las universidades socias de los cinco continentes para investigar por un mundo más justo”.María Burzaco. “Trabajamos por un proyecto común de Facultad que sea un referente en el mundo jurídico y prepare a nuestros alumnos para afrontar cualquier reto”.Miguel Martínez. “Potenciaremos el nivel de exigencia de nuestros Dobles Grados en Derecho y ADE y en Derecho y Business Analytics para formar profesionales excelentes en ambas ramas de conocimiento”. María José López. “Queremos seguir en la vanguardia para ofrecer una formación sólida y equilibrada a nuestros alumnos de los dobles grados en Derecho y RR.II. y Derecho y FIPE”. Antonio Jesús Alonso Timón. “Nuestro objetivo es lograr que la Universidad innove y lidere el camino hacia una sociedad mejor” El quinteto ideal