Antonio Obregón Vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado No hace mucho tiempo proclamábamos en este mismo foro la necesidad de hacer innovación en tiempos de fortaleza, pues la capacidad de responder creativamente a los nuevos problemas, además de ahondar en la solidez de Comillas, constituye un signo de fidelidad a nuestra tradición. Es cierto que ahora vivimos marcados por la incertidumbre, pero, precisamente por eso, cabe reiterar esa declaración en favor de la innovación. Si nuestra Universidad sigue sobresaliendo por su pujanza es sobre todo porque, lejos de quedar atenazada por el temor a los cambios y por las inseguridades, ha tenido presente su misión, a la que se ha entregado apasionadamente la comunidad universitaria; y todo ello aun cuando los tiempos recios hayan obligado a recorrer caminos poco transitados. Y cabe advertir que los esfuerzos dedicados y los resultados obtenidos han sido posibles gracias, en gran medida, a la dotación de los instrumentos y procedimientos precisos para afrontar retos inesperados. El gradual arraigo de la cultura de la mejora continua en la configuración de nuestra oferta académica se ha traducido en una renovación curricular y competencial de enorme magnitud, que se ha acometido en los últimos años con nuevos y modificados planes de estudio; pero todavía puede verse más enriquecida con la adopción de metodologías activas que acentúen la visibilidad y la eficacia en el logro de los objetivos formativos perseguidos. El área de formación que contiene el Plan Estratégico de la Universidad se ha orientado a promover intensamente la capacidad innovadora de la Universidad, con el fin de dar un paso más en la calidad de su docencia. Y, para cumplir el deseo de brindar una formación realmente integral, se parte de la convicción de que, sobre las bases de excelencia y profundidad que nos caracterizan, no se pueden desdeñar nuevas fórmulas que impliquen activar un aprendizaje consistente, y particularmente de las que se disponen debido al progreso tecnológico. De esta manera, una de las líneas principales del Plan Estratégico insta a potenciar la innovación mediante la adaptación de espacios e infraestructuras a las nuevas metodologías y el incremento efectivo de la utilización de los recursos tecnológicos a nuestro alcance. En este contexto se entiende la creación de Comillas Conecta Lab. Un espacio que pretende fomentar una comunidad de aprendizaje, conectada entre todos sus agentes, propiciador de metodologías colaborativas, en el que la tecnología esté al servicio de la formación integral y la formación se integra con tecnología de última generación. Y al mismo tiempo un lugar de desarrollo para los profesores, donde podrán contar con los mejores medios para impartir docencia online, elaborar recursos audiovisuales en las condiciones más adecuadas en el área multimedia, así como emprender y experimentar nuevas metodologías que animen una docencia ya de por sí de calidad. Un espacio con el que también se aspira a reforzar la conexión con el mundo científico internacional y, en general, con la sociedad, puesto que en él podrán tener lugar eventos académicos y culturales, tanto presenciales como virtuales, que proyecten la imagen más innovadora de nuestra institución. Desde hace tiempo son numerosas las investigaciones y las experiencias que demuestran la influencia que puede ejercer la configuración de los espacios sobre la eficiencia del aprendizaje. Siendo un recurso escaso, la Universidad ha aprovechado al máximo la capacidad de Comillas Conecta Lab para ofrecer alternativas que estimulen el aprendizaje activo y colaborativo de nuestros estudiantes, en entornos flexibles. El propósito no puede ser otro que seguir siendo referentes docentes en el panorama universitario internacional, asentados sobre cimientos firmes, y con la formación integral como clave de bóveda que sostiene y da sentido a todo nuestro quehacer.